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Cuento

El cuento de las hormigas 1

2021.04328
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  • En un frondoso bosque, dos hermanos hormigas carpinteras negras, trabajan enérgicamente por todo el pasto. Es una tarde somnolienta, pero las dos hormigas no prestan atención a la luz del sol.

    “Joey, ¿estás bien?”

    Lucas mira a Joey y le pregunta primero.

    “Sí, estoy bien. No me siento nada cansado cuando trabajo contigo”, dice Joey con una tímida sonrisa.

    “Bueno, ya casi terminamos con este trabajo. Así que tomemos un pequeño descanso. Solo necesitamos dividir nuestra comida en dos y que cada uno lleve la mitad.”

    “Suena bien, Lucas.”

    Lucas y Joey dejan de hacer lo que hacen y se sientan a tomar un descanso. Una fresca brisa seca el sudor de sus frentes.

    “¡Se siente muy bien! Joey, hoy hemos juntado una buena cantidad de cosecha. Si continuamos así, el nuevo almacén de comida se llenará muy pronto.”

    “Lucas, eres increíble. ¿Cómo sabes en dónde encontrar la comida?”

    Lucas se infla por el elogio de Joey.

    “Cuando el almacén se llene, construiré uno nuevo. Y solo guardaré allí las semillas secas.”

    “¿Por qué?”, pregunta Joey con una mirada curiosa.

    “Si las semillas secas se mezclan con las húmedas, se podrían dañar fácilmente. Así que es mejor separarlas. Las secas duran más tiempo, así que las guardaré en el almacén de abajo, y las húmedas, arriba. ¿Entiendes?”

    “¡Sí, entiendo! Oh, realmente sabes muchas cosas. Es por eso que la Reina siempre te elogia. Ella me dijo que aprenda muchas cosas de ti porque trabajas bien y también cuidas bien de las larvas.”

    “¿De verdad? ¿La Reina dijo eso? Bueno, es verdad que estoy encargado de casi todas las cosas dentro del hormiguero. Bueno, ¿ya has descansado lo suficiente? Sigamos. Te enseñaré a sacar melaza de los pulgones. A las larvas les encanta la melaza.”

    Lucas y Joey cargan los montones de comida en sus espaldas y caminan hacia el hormiguero que está debajo de un árbol grande y viejo. Al acercarse al hormiguero, escuchan ruidos que salen de abajo. Parece que algo sucede. Jacob, que es una hormiga soldado, se mueve afanosamente, limpiando los montones de tierra.

    “Jacob, ¿qué pasó?”

    Al escucharlo, Jacob voltea y les dice: “¡Qué tal día! Un enorme canguro pisó nuestro hormiguero, por eso la entrada colapsó. El abuelo Noé y la tía Lily casi resultan heridos. Pudo haber sido peor. ¡Uf! Al fin terminé de limpiar”.

    Sorprendidos, Lucas y Joey corren rápidamente al hormiguero.

    “¡Abuelo Noé! ¡Tía Lily!”

    “¡Ya regresaron! ¡Qué bueno verlos! ¿Todo bien afuera?”

    El abuelo Noé recibe a Lucas y Joey, tomándoles las manos.

    “Sí, pero escuchamos que casi resulta herido.”

    Lucas mira fijamente al abuelo Noé con una mirada ansiosa.

    “Sí. Bueno, ahora es otoño. Creo que ya llegó la temporada en que los grandes animales comienzan a moverse para buscar comida. Hoy día no fue tan malo, pero si una manada de bisontes viene por aquí, eso sería muy malo.”

    “¿Bisontes? No se preocupe. Tenemos un enorme árbol que soporta nuestro hormiguero. ¡Y mire, la tierra allá afuera es inmensa! ¿Por qué pasarían justo por encima de nuestro hormiguero cuando pueden caminar sobre tan vasto territorio?”

    “¡No tienes idea de lo que estás diciendo, Lucas! ¡Ese es un pensamiento peligroso! No sabes el miedo que sentimos hoy. ¡Pensábamos que el cielo entero se caía! ¡Uf! Mi corazón aún sigue palpitando aprisa”, dice la tía Lily, tratando de calmarse al recordar lo que acaba de pasar.

    “¡Oh, tía Lily, por favor! Usted se asusta y se desmaya hasta cuando el pétalo de una flor cae al suelo.”

    Lucas se ríe. La tía Lily lo mira con desaprobación con el rabillo del ojo.

    “De todos modos, la Reina decidirá sobre este asunto. Hasta entonces, solo sigamos trabajando con fuerza.”

    Saliendo de la habitación del abuelo Noé, Joey le pregunta a Lucas: “¿Qué pasaría si una manada de bisontes viniera?”

    Joey parece haberse preocupado por lo que dijo el abuelo Noé.

    “¿Qué? ¡No hay nada de qué preocuparse! Eso nunca sucederá. Bueno, deberías ir a tu habitación para descansar.”

    “¿Y tú?”

    “Trasladaré a los pulgones a unas nuevas hojas para conseguir mañana buena melaza de ellos.”

    “¡Eres un buen trabajador, Lucas! Bueno, entonces nos vemos mañana.”


    Lucas trabaja hasta muy tarde y se queda dormido sobre una de las hojas donde estaba trabajando. De repente Joey lo despierta apresuradamente.

    “¡Lucas, levántate! El abuelo Noé dijo que nos mudáramos a otro lugar.”

    “¿Que nosotros qué?”

    Lucas abre los ojos ampliamente y se le quita el sueño. Justo en ese momento, el abuelo Noé se dirige hacia Lucas.

    “Así es, Lucas. La Reina ha decidido que nos mudemos a otro lugar. Ella ha dicho que este lugar es peligroso porque el árbol que sostiene nuestro hormiguero es demasiado viejo. Esta vez nos mudaremos debajo de una roca. Ustedes son jóvenes. Así que por favor vayan y busquen un buen lugar donde mudarnos. Yo iré y avisaré también a las demás hormigas.”

    Cuando el abuelo Noé se retira, Lucas da un chasquido: “¿Qué? ¿Nos mudaremos de nuevo? La última vez nos mudamos porque dijeron que venían lluvias torrenciales, pero en realidad no llovió mucho. Me tomó una eternidad hacer este hormiguero, ¿y ahora nos mudaremos a otro lugar? ¡No tiene sentido!”

    “Entonces, ¿no buscarás otro lugar donde mudarnos? Tommy y otras hormigas ya salieron para buscar un buen lugar”, le dice Joey a Lucas.

    Lucas no responde nada. Ese día, Lucas y Joey juntan melaza. Al anochecer, regresan todas las hormigas jóvenes que salieron muy de mañana. Al parecer aún no han encontrado un buen lugar donde mudarse. Por dos días consecutivos, Lucas sigue llevando a Joey a buscar alimento. De acuerdo a su experiencia, no vale la pena mudarse a un lugar diferente.

    “Lucas, tomemos un descanso.”

    Salen del hormiguero y se van bastante lejos. Cansado, Joey se deja caer al suelo.

    “Oye, Joey. ¿Tú crees que sea correcto mudarnos a un lugar diferente?” pregunta Lucas, sentado en el suelo.

    “Bueno, no sé mucho de ello, pero si la Reina lo ha decidido, tenemos que obedecer, ¿no es cierto? Debe haber alguna razón para que ella haya decidido eso.”

    “Pero piensa, ¿es tan fácil mudarse? Ni siquiera quiero pensar en excavar tierra debajo de una roca. Suena muy difícil. Además, hemos hecho tantos almacenes. Y si nos mudamos, todo nuestro esfuerzo habrá sido en vano.”

    Lucas suspira con frustración. Luego se levanta y comienza a caminar lentamente. Joey lo sigue.

    De repente, Lucas se resbala y todo su cuerpo comienza a hundirse en el suelo.

    “¡Oh, no! ¡Joey! ¡Ayúdame!”

    “¡Lucas!”

    Joey, que estaba siguiendo a Lucas, comienza a gritar. Lucas ha caído en una fosa de hormigas. Una vez que una hormiga cae en una fosa, es difícil salir. Pronto una hormiga fantasma, que se cree que vive dentro de la fosa, saldrá y se llevará a Lucas.

    “¡Una paja! ¡Eso es! Tengo que encontrar una paja.”

    Joey recuerda lo que le contó el abuelo Noé de cuando era joven.

    Busca alrededor y encuentra una paja diez veces más pesada que su propio cuerpo. La toma con la boca y se la tira a Lucas dentro de la fosa. Todo sucede en un abrir y cerrar de ojos.

    Lucas sujeta la paja y apenas logra salir de la fosa. Lucas y Joey se dejan caer al suelo y respiran profundamente.

    “Lucas, ¿estás bien?”

    “Sí… regresemos ahora al hormiguero.”

    Los dos hermanos llegan exhaustos al hormiguero. El hormiguero parecía más animado que antes. La tía Lily se acerca a Lucas y Joey con una sonrisa.

    “¡Chicos! ¿Escucharon? Tommy encontró un lugar donde mudarnos. Es debajo de una roca grande y además no queda muy lejos de aquí. Será un gran hormiguero. No sé cómo habrá encontrado un lugar tan bueno. Debe de tener buena vista.”

    Entonces el abuelo Noé dice: “¡Su visión no tiene nada que ver! Es gracias a su buen trabajo. Parecía un gran zarzal verde, por eso nadie quería ni siquiera acercarse, pero Tommy entró y encontró una roca.”

    “Me alegro de que haya encontrado un buen lugar. ¡Oh! Tommy es increíble, ¿cierto, Lucas?” Joey le pregunta a Lucas, volteando hacia él. Lucas solo mueve la cabeza, pero no dice nada. Entonces se va. Joey se pregunta qué sucede con Lucas, pero solo cree que está así por el accidente que había sucedido hoy.


    Todos están ocupados empacando para mudarse a un nuevo lugar, pero no se le ve a Lucas. Por algunos días, Lucas se va muy temprano y regresa muy tarde. Joey siente preocupación por él, entonces un día sale del hormiguero para esperarlo. Esperando un buen tiempo, ve a Lucas caminando hacia el hormiguero bajo la luz de la luna con una gran sombra detrás de él. Joey corre hacia él.

    “Lucas, ¿dónde has estado? Te he esperado todo el día.”

    Lucas huele diferente. No es el olor de las hormigas carpinteras negras. Y como era de esperarse, al entrar en el hormiguero, Jacob, que estaba cuidando la puerta, llama a Lucas.

    “Lucas, ¿qué es ese olor? No es de nuestra tribu.”

    “¿Qué quieres decir, Jacob? He trabajado todo el día. He pasado por el hormiguero de otra tribu de hormigas. Creo que es por eso que huelo como ellas.”

    “Ten cuidado, Lucas. Todos tenemos el mismo olor de la Reina. Sabes bien que no dejaremos que intrusos entren en nuestro hormiguero.”

    “Por supuesto que lo sé.”

    Lucas camina tranquilamente como si nada hubiera pasado.

    “¡Lucas, has regresado! ¿Podemos conversar un momento?”

    El abuelo Noé está preocupado por el inusual comportamiento de Lucas, y por eso lo esperó hasta muy de noche, hasta que regresara. Cuando el abuelo Noé se acerca a Lucas, su rostro se endurece.

    “Lucas, no habrás estado con las hormigas bulldog, ¿verdad?”

    “¿Hormigas bulldog? ¿De qué habla? ¡Jamás!”

    Lucas es tomado por sorpresa. La pregunta del abuelo también toma por sorpresa a Joey. Las hormigas bulldog son diez veces más grandes que las hormigas carpinteras negras, y son conocidas por tener dientes grandes y aguijón venenoso. Una vez Joey había escuchado que ellas comen otro tipo de hormigas y que hasta les encantan las abejas.

    “Cuando aún era joven, nuestro hormiguero fue atacado por hormigas bulldog. Así que conozco su olor”, dice el abuelo Noé.

    “Abuelo, si hubiera estado con las hormigas bulldog, ¿cómo podría haber sobrevivido y regresado? Ya me habrían comido, ¿no cree?”

    “De todas formas, ten cuidado. No regreses a casa muy tarde y asegúrate de estar junto a nuestras hormigas. Es peligroso jugar solo.”

    “Sí, abuelo. No se preocupe.”

    Al terminar de hablar, Lucas se dirige a su habitación para dormir. Joey lo sigue.

    “Lucas, ¿qué ha pasado? ¿Hormigas bulldog?”

    “¡Shh! ¡Baja la voz! En realidad, hoy he estado con una hormiga bulldog.”

    “¿Qué? ¿En serio? ¿Y no pasó nada? ¡He escuchado que las hormigas bulldog son aterradoras!”

    “Sí, dan miedo. Cuando conocí una por primera vez, me moría de miedo. Pero la hormiga bulldog que conocí era diferente. No nos comió. Nos llevó a su hormiguero y nos alimentó con comida deliciosa.”

    “¿Qué? ¿Qué quieres decir con que ‘nos alimentó’? ¿Había más hormigas?”

    “¡Sí! Parecen ser del hormiguero vecino. Primero, al igual que yo, todos estaban asustados, pero la hormiga bulldog fue muy amable. Dijo que éramos tan pequeños y adorables como sus propios hijos. Él dijo que había construido un hormiguero para sí mismo porque le gusta pensar solo, pero se dio cuenta de que era demasiado grande para él. Nos pidió que nos quedáramos, y dijo que no nos preocupáramos por la comida, porque él iba a traer la comida para nosotros.”

    “¿Él te iba a dar comida gratuitamente? ¡Eso es mentira!”

    “Por eso dije que es diferente a las demás hormigas bulldog. Luego de hablar con él por un momento, ya no daba miedo. En realidad, parecía muy confiable.”

    Joey se preocupa por Lucas que parece haber perdido la razón siguiendo a la hormiga bulldog.

    “¿Y ahora qué? ¿Regresarás nuevamente a ese hormiguero?”

    “¡Por supuesto! Allí, no necesito trabajar. Lo único que tengo que hacer es tomar un buen y largo descanso. Ahora me siento muy agotado y quiero descansar. Pero no será por mucho tiempo. Solo me quedaré allí por algunos días y regreso.”

    Lucas parece decidido, por eso Joey no dice ni una sola palabra. Al día siguiente, sintiendo mucha preocupación por Lucas, Joey lo sigue al hormiguero de la hormiga bulldog.

    El hormiguero de las hormigas bulldog es definitivamente diferente del de las hormigas carpinteras negras en tamaño. De pie, delante de una entrada grande y alta hacia el hormiguero, Joey no puede mantener la boca cerrada. Lucas ingresa orgullosamente al hormiguero como si fuera su propio hormiguero.

    “¿Y qué piensas? ¿No es enorme? ¡Las habitaciones también son enormes!”

    “Lucas, solo te quedarás por algunos días, ¿cierto? Vas a regresar, ¿no? ¿Lucas?”

    “¡Sí, sí!”

    Lucas responde a Joey a medias e ingresa al hormiguero. Joey ve a Lucas entrar en el hormiguero y regresa a casa.


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