Park Seong-geun
“No hay vida después de la muerte. ¿No le parece?”
En mi infancia, cada vez que escuchaba a la gente negar la existencia del mundo después de la muerte, me perdía en mis pensamientos. Pensaba en lo insignificante que sería la vida humana si realmente no hubiera nada después de la muerte.
Mientras vivimos en esta tierra, las personas a veces llegan a un callejón sin salida o se quieren dar por vencidas. Sin embargo, la esperanza es como un rayo de luz, que nos asegura que algún día la felicidad llegará sin importar cuánto estemos sufriendo en este momento, y nos motiva a superar las dificultades que tenemos por delante.
Dios dio otra luz de esperanza a las personas que vivían con temor a la muerte.
“No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” (2 Co. 4:18)
Aunque el mundo eterno es invisible, sin duda existe. Ahora vivo alegremente cada día con esperanza en el cielo, sin pensar más con desesperación que no hay nada después de la muerte.
Debería estar eternamente agradecido con Dios solo por el hecho de haberse apiadado de mí y haberme guiado a la Sion de la verdad cuando pasaba días con temor sin saber que existía el reino de los cielos. Sin embargo, Dios incluso me ha prometido el real sacerdocio, para que reine eternamente en el cielo; soy una persona muy feliz.
Quiero pasar el resto de mi vida alabando y glorificando a Dios Elohim, en lugar de enfocarme únicamente en las cosas temporales de esta tierra. Padre y Madre celestiales, realmente les agradezco su gracia.