Conocía bien el milagro de los cinco panes y dos peces y también la obra de Jesús que caminó sobre el mar, pero recientemente descubrí un pasaje que refleja el estado del corazón de los discípulos en aquel momento:
Aquella noche del día en que vieron el milagro de los cinco panes y dos peces, los discípulos se asustaron en gran manera al ver a Jesús caminando sobre el mar. Dentro de tan pocas horas se habían olvidado del poder de Jesús y sus corazones se habían endurecido.
Nuestros Padres celestiales crearon todo de la nada, dividieron el Mar Rojo y, sobre todo, realizaron el mayor milagro al otorgarnos la vida eterna mediante la Pascua. Sin embargo, incluso yo, aún viendo y sintiendo constantemente su poder a través de la Biblia y la palabra de Dios Elohim, también tenía un corazón endurecido que olvida rápidamente cuando me descuido.
Me esforzaré para que en la nueva versión de los Hechos de los Apóstoles se registre: “Comprendiendo el poder de todas las obras guiadas por Dios Elohim, no lo olvidaba, y su corazón permanecía siempre despierto.”