Había estado sintiendo el corazón pesado porque no había llevado fruto en mucho tiempo. No podía entender exactamente lo que me faltaba, así que oré sinceramente para comprender lo que estaba haciendo mal.
Poco después de orar, el versículo del día apareció en mi teléfono. Casi lloré mientras veía el versículo.
“Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.” (Os. 6:6)
He estado estudiando, predicando y orando como un robot. Aunque hice esas cosas, las hice como una rutina y no por la sinceridad de mi corazón. No pedía sinceramente la bendición de Dios cada vez que iba a predicar ni la sabiduría espiritual cada vez que estudiaba.
Pude entender que, más que nuestro sacrificio, nuestro Dios Elohim desea nuestro conocimiento de Ellos, que son nuestros Salvadores que soportaron un sufrimiento sin fin para salvarnos y mostrarnos su amor. A partir de este momento, con todo mi corazón les daré gloria y gratitud. Y buscaré a mis hermanos perdidos con un corazón lleno de misericordia y amor de Dios.