Equipo Editorial
Hay un viejo refrán: “La ropa fina hace al hombre”, que no es del todo incorrecto.
Hubo un experimento interesante que demostró que lo que uno usa, influye en su comportamiento. El psicólogo social Adam Galinsky, dividió a estudiantes universitarios en dos grupos e hizo que uno de los grupos usara batas blancas de laboratorio, y el otro, ropa de calle; luego mostró una pantalla que mostraba aleatoriamente colores verde y rojo con las palabras “verde” y “rojo” en la parte inferior. Los examinó para ver qué tan bien notaban las incongruencias cuando el color y la palabra eran incongruentes. Como resultado, a los estudiantes con bata de médico les fue dos veces mejor que a los que vestían ropa de calle al darse cuenta de que el color y la palabra eran incongruentes. Se desempeñaron mucho mejor en concentración simplemente porque llevaban puesta la bata de médico.
Los obreros del evangelio que han aceptado la verdad son los que están revestidos de Cristo (Gá. 3:27). Aunque hayamos vivido como quisimos, esforcémonos ahora por seguir el camino de Cristo, que nos dio ejemplos de amor y humildad. El reino de los cielos pertenece a aquellos que mantienen una vida santa con un corazón piadoso como una persona revestida de Cristo.