Equipo Editorial
Las aves que pertenecen a la familia de los cuervos, incluyendo los rabilargos, los ruiseñores y las urracas, son las más inteligentes de todas las especies de aves. En efecto, algunas urracas o cuervos pueden incluso percibir el concepto de volumen y el paso del tiempo, y reconocerse a sí mismos a través de imágenes reflejadas en un espejo; se sabe además que pasan tiempo libre, disfrutan de su propia cultura y tienen un idioma propio. En particular, los cuervos de Nueva Caledonia pueden sacar comida de las botellas doblando alambres y usándolos. Ni siquiera los chimpancés, conocidos por ser los más inteligentes de todos los animales salvajes, son capaces de fabricar ganchos como ellos lo hacen.
El Instituto Max Planck de Alemania analizó la correlación entre el período de crianza y sus capacidades cognitivas, utilizando datos de miles de especies de aves, incluyendo 127 especies de la familia de los cuervos. Descubrieron que la duración de la crianza tenía una profunda influencia en las altas capacidades cognitivas de las aves de la familia de los cuervos. Cuando nacen las aves de la familia de los cuervos, permanecen en el nido unos 29 días en promedio, que es 16 días más que el de otras aves. Incluso después de dejar el nido, viven cerca de sus padres y aprenden de sus actos. Este período fue un máximo de unos cuatro años; esto es diez veces más extenso que el de otras aves.
El hombre es el señor de la creación, pero es bien sabido que la buena crianza con calidez de los cuidadores también tiene una gran influencia en el desarrollo cerebral y la condición emocional estable de sus bebés. Lo mismo sucede con nosotros espiritualmente. Dios siempre cuida de sus hijos. Ayuda a sus hijos a ser conscientes del reino de los cielos, a comprender los principios del mundo angelical y a tener una fe digna de entrar en el reino de los cielos. Para los que éramos débiles, el gran cuidado del Padre y la Madre celestiales por nosotros es la clave para ayudarnos a crecer como ciudadanos celestiales.