El musgo vive en áreas húmedas y sombreadas. Está pegado al suelo, así que los animales lo pisan, paseando por los bosques. Parece insignificante, pero una vez que aprende sus funciones, puede entender fácilmente la voluntad de Dios contenida en esta pequeña criatura.
El musgo retiene agua y nutrientes en todo su cuerpo: raíces, tallos y hojas. La cantidad almacenada en el musgo es cinco veces su peso. Como resultado, el musgo hace que el suelo sea fértil y crea un lugar donde los seres vivos puedan sustentar la vida. Cuando llueve mucho, el musgo previene las inundaciones y la erosión de los ríos; y cuando no llueve, da su agua almacenada para evitar sequías.
Aunque el musgo es pequeño y débil, es beneficioso para el ecosistema. A través del musgo, podemos aprender la mentalidad que debemos tener como cristianos que transmiten el amor de Dios y las noticias de salvación con humildad.