En este tiempo en el que vivimos en la pandemia de la COVID-19, sentí angustia en mi corazón viendo cómo la situación iba empeorando aplicándose más restricciones en Buenos Aires. Al principio no fue difícil guardar las pautas de cuarentena durante los primeros tres meses, pero resulta que el gobierno extendió más el tiempo de cuarentena con más restricciones para no salir de casa debido a que el número de infectados iba creciendo. Me entristeció la situación. Pero luego recordé el versículo de Apocalipsis.
“Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” (Ap. 14:12)
Recordé que necesito tener paciencia en este momento difícil y guardar los mandamientos de Dios con gozo a pesar de las dificultades.
Una de las características del pueblo de Dios que será salvó es la paciencia. Por eso creo que es un factor importante para el pueblo redimido. Es un tiempo en que no debo desanimarme sino vestirme de la armadura de Dios para tener una fe firme y así asemejar mi fe a la fe de Jesús, una fe segura.
Doy gracias al Padre y a la Madre celestiales por grabar la virtud de la paciencia en mi corazón a través de su palabra.