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Entendimiento

La fe como de niños

2019.11202
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  • Durante las vacaciones de verano, más de diez niños venían a Sion todos los días. Gracias a ello, nuestra Sion se llenó de la risa de los niños. Aunque son jóvenes, están llenos de esperanza por el reino de los cielos y quieren recibir bendiciones. Incluso la hermana más pequeña dice “amén” en los cultos y saluda a otros inclinándose con gracia.

    Un día, les dije a estos pequeños ángeles que todo lo que hacemos en Sion es seguido de las bendiciones de Dios. Desde entonces, dos hermanas pequeñas que tienen nueve y siete años y que son las mayores entre los niños, siempre buscan algo que hacer en Sion, pensando en cómo recibir más bendiciones. Cada vez que estoy a punto de cocinar, me preguntan qué pueden hacer. Cuando terminan de hacer mis simples peticiones como lavar los vegetales, me preguntan: “¿Cuánta bendición recibimos?”. En cada hora de comer, las dos hermanas se emocionan al arreglar la mesa para los otros niños. Y después de terminar de comer, lavan los platos responsablemente. Ellas observan con detenimiento cómo cuido de los niños, y cuando estoy ocupada, cuidan de ellos y a veces incluso lavan en lugar de mí. Me pregunto cómo pueden hacerlo siendo pequeñas, pero cuando las veo diciendo: “Lo hice como usted lo hizo”, con una hermosa sonrisa, me siento orgullosa de ellas.

    La fe de otra hermana llamada Angel también me conmueve mucho. En Filipinas, la Navidad y Halloween son fiestas muy importantes, en especial para los niños. A la hermana también le gustaba participar en ellas con su hermano menor y recibir regalos y dulces. No obstante, después de aprender las ordenanzas de Dios, no celebra los eventos que no están en la Biblia. A pesar de su temprana edad, predica a sus amigos y primos. Un día, le dijo a su madre que anhelaba mucho ver a la Madre celestial en la carne. Cuando su mamá le dijo que conocerían a la Madre cuando tuvieran la oportunidad después, lloró fuerte con tristeza.

    Al escuchar esto, me sentí muy emocionada. La edad no tiene importancia en cuanto a comprender la bendición celestial y no es un obstáculo para reconocer a nuestro Salvador. Viendo a estos niños pequeños, reflexioné sobre mi fe con seriedad: “¿Realmente tengo este corazón puro al recibir bendiciones, o solo lo hago para ser elogiada por los demás?”. Había veces en que me veía sirviendo en Sion porque era mi responsabilidad, olvidando la razón por la que lo hacía. Si me sentía cansada o preocupada, llegaba a tener quejas en mi corazón y perdía mi primer amor hacia Dios poco a poco. Me sentí verdaderamente avergonzada ante el Padre y la Madre celestiales. Ahora, no perderé mi primer amor en mi corazón y quiero recibir las incontables bendiciones que Dios ha preparado para mí en el cielo.

    Pensé que estaba enseñando el valor de la bendición celestial a los niños, pero era yo quien necesitaba comprender la importancia y el valor del reino celestial. Doy gracias al Padre y a la Madre celestiales por su misericordia para animarme a través de los niños a predicar con un corazón más hermoso, y hacer que solo mire hacia las bendiciones celestiales que Dios ha preparado desde el principio.
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