Cada vez que tengo una pregunta en mi mente, a menudo trato de encontrar la respuesta por mi cuenta. Sin embargo, cada vez que me encuentro en una situación que no puedo entender, hay alguien que me da la respuesta. Estoy realmente sorprendida de cómo entiende todos mis problemas y me ayuda a darme cuenta de lo que debo hacer.
“Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.” (Sal. 139:2-4)
El que sabe todo sobre mí es Dios. Así como los padres saben exactamente lo que es necesario para sus hijos, los Padres celestiales conocen nuestros pensamientos y nuestra mente, y nos protegen a través de la palabra de vida. Mi alma es sanada por la palabra del Padre y la Madre celestiales. Les agradezco por responder mis preguntas y abrir el camino al reino de los cielos.