Cuando sigue una dieta, desea comer más; y cuando desea olvidar un recuerdo, permanece más vivo en su mente. Cuando alguien le dice que no haga algo, querrá hacerlo más. ¿Qué es esto?
Daniel M. Wegner, exprofesor de psicología de la Universidad de Harvard, separó estudiantes en dos grupos de prueba y dio diferentes instrucciones a cada grupo. El primer grupo recibió instrucciones de no pensar en un oso polar, y el segundo grupo recibió instrucciones de pensar en un oso polar. El resultado fue que el primer grupo pensó en un oso polar con más frecuencia que el segundo grupo.
En la década de 1970, circulaba un rumor en los Estados Unidos de que una compañía de comida rápida preparaba hamburguesas con lombrices de tierra. La compañía inmediatamente anunció que sus hamburguesas no contenían lombrices de tierra, pero las ventas cayeron sin parar. Se debió a que las personas que vieron el anuncio, recordaban mucho las lombrices de tierra. La compañía cambió su estrategia. Se centró en promover sus batidos y papas fritas, alejando la atención de las lombrices de tierra.
Los intentos de suprimir un pensamiento pueden ocasionar un aumento en la frecuencia del pensamiento, lo cual se denomina Efectos Paradójicos de la Supresión del Pensamiento. Los expertos aconsejan que, si desea alejarse de los malos hábitos o preocupaciones, no debe suprimir sus pensamientos o impulsos, sino reemplazarlos por algo más.
Todos enfrentan preocupaciones e inquietudes. En lugar de estar confinado en pensamientos perturbadores e interminables, levante la cabeza y mire al cielo, imaginando el reino de los cielos. Además, Dios está con nosotros, y si le dejamos nuestras preocupaciones, Él consuela nuestros corazones.
“Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.” (Sal. 55:22)