Hicimos un estanque en el patio delantero para decorar la iglesia. Todos estaban felices y algunos trajeron peces. Pero con el tiempo, causó problemas: el musgo verde cubrió el estanque y era difícil ver a nuestros peces dorados. El hermano que cuidaba del estanque lo limpiaba cada día, pero era complicado lidiar con el veloz crecimiento del musgo.
Entonces, un día, al ver el estanque sucio, el esposo de una hermana sugirió una solución: ¡plantas acuáticas! Trajo lirios acuáticos y lotos y los puso en el agua. Al principio, pensaba que el fin de esto era hacerles sombra a los peces para protegerlos del sol. Pero cuando escuché al hermano que cuidaba del estanque, quedé asombrada: no era solo para hacer sombra, sino para que los peces y las plantas vivieran en simbiosis.
La principal causa del crecimiento del musgo era el excremento de los peces. El agua se ensucia debido al incremento del nitrógeno y el fósforo en el estanque. Pero ahora, los lirios acuáticos y lotos consumen el nitrógeno y el fósforo para crecer, manteniendo limpia el agua. Al ver viviendo juntos a los peces y las plantas acuáticas, que parecían no tener relación, quedé sorprendida por la providencia de Dios.
Al ver esto, pensé que es similar con nuestra familia celestial. Cada miembro recibe una misión de Dios, y ayuda al otro en la vida de la fe. Recordando que vivo en simbiosis con ellos espiritualmente, apreciaré mucho a todos los miembros y los amaré. Doy muchas gracias a Dios por permitirme este entendimiento.
Esta mañana, una hermosa flor brotó en el estanque que estaba muriendo. Al verla, en los miembros también florecieron bellas sonrisas.