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El amanecer de un nuevo día 1

2021.0390
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  • #1
    —Min-guk, ven aquí un momento.

    El padre llamó a su hijo que estaba en la habitación. Luego, Min-guk salió renuente a la sala. El padre estaba viendo televisión. Un documental titulado “Pertenezco al Ejército de la Independencia de la República de Corea” estaba por empezar.

    —Siéntate a ver esto.

    El padre, que estaba sentado a un lado del sofá, señaló el espacio que estaba a su lado. Como siempre, Min-guk se sentó en el sofá y fijó sus ojos en la televisión como su padre le había pedido. El documental se trataba de un joven soldado coreano que se había escapado del ejército japonés por primera vez entre el grupo de jóvenes soldados coreanos que se vieron obligados a alistarse en el ejército del Japón. El narrador explicó con voz clara y serena.

    El soldado que escapó del ejército japonés se unió al Equipo de Entrenamiento del Ejército Ejecutivo de la Independencia de Corea establecido por el Gobierno Provisional de Corea junto con otros jóvenes soldados coreanos que también escaparon después de él. El grupo de soldados terminó su entrenamiento y emprendió un viaje de 2400 km en medio de montañas escarpadas que estaban a 3000 m sobre el nivel del mar. Desde Nanyang hasta Chongqing, China, donde estaba el Gobierno Provisional de Corea, existía una montaña llamada Pachokryong famosa por ser accidentada; había rumores de que ni siquiera las golondrinas podían sobrevolarla, y que hasta Zhuge Liang, el estratega más grande y exitoso de la historia de China, había dudado en cruzar la montaña.

    Tomó una semana cruzar el monte Pachokryong en la tormenta de nieve. Su viaje atravesando la montaña nevada en contra del aire congelante parecía muy difícil. Los soldados se animaban mutuamente, diciéndose: “Si te quedas dormido, morirás”, o: “No seamos antepasados vergonzosos”, y cruzaron esa enorme y empinada montaña. El primer soldado tenía la fotografía de su madre vestida con el traje tradicional de Corea.

    El 31 de enero de 1945, el grupo finalmente llegó al Gobierno Provisional de Corea. Ya que las Fuerzas Aliadas se enteraron de su largo viaje, quedó demostrada la firme voluntad del pueblo coreano por la independencia, y esta acción elevó el estatus del Gobierno Provisional de Corea.

    “… el estudiante que escapó del ejército japonés se convirtió en oficial del Ejército de la Independencia. Él será recordado como un soldado del Ejército de la Independencia de la República de Corea y un maestro de su pueblo para siempre. Él terminó su largo viaje y ahora nosotros, sus descendientes, debemos comenzar el nuestro.” Con esta última frase del narrador, terminó el documental de 60 minutos.

    Min-guk sabía por qué su padre quería que él viera ese documental. Su padre era un exoficial de la Marina, y siempre tenía muchas cosas que decirle a su hijo acerca de la vida militar, porque se había formado en ella toda su vida. Los programas educativos de la televisión eran métodos eficaces para enseñar a su hijo. En particular, cuando se iba a transmitir un documental acerca del Ejército de la Independencia en la televisión, sin falta llamaba a su hijo y hacía que lo viera. Ya que era muy firme con este asunto, Min-guk nunca rechazó el llamado de su padre incluso durante su adolescencia.

    La historia sobre el Ejército de la Independencia era muy conmovedora para Min-guk; los soldados de su misma edad estaban llenos de una pasión ferviente por recuperar la nación robada, incluso arriesgando su propia vida. Sin embargo, la época del Ejército de la Independencia y del eterno maestro de la nación, ha pasado aunque la generación anterior logró una obra tan grande. Tal como dijo un cómico en un programa humorístico, todo lo que los descendientes necesitan hacer es disfrutar lo que sus antepasados les dejaron. ¿Acaso no fue por el bien de los descendientes que los antepasados atravesaron esas dificultades?

    El padre sabía cómo se sentía su hijo. Cada vez que tenía una reunión con los exinfantes de Marina, con frecuencia hablaban de la nueva generación, impaciente y egoísta, que no conoce el favor de los antepasados, llevando una vida cómoda. Él sabía muy bien que su hijo no era diferente.

    El asunto que causó la mayor discusión entre el padre y el hijo fue la motocicleta de este. Ya que el padre era un soldado, la familia de Min-guk tuvo que mudarse muchas veces a diferentes zonas mientras él crecía. Cuando se convirtió en estudiante de secundaria, su motocicleta llegó a ser su mejor amiga. El motor sonaba todo el tiempo.

    A ningún padre le agrada que su hijo conduzca una motocicleta todo el día, y en especial el padre de Min-guk, que consideraba como obligación nacional mantener la ley como prioridad, y no toleraba a los jóvenes que corrían por las calles sin temor, formando grupos, disfrutando ser capturados por la policía, causando caos en el tráfico y desórdenes sociales. Él no se quedaría mirando a su hijo andando con esa clase de muchachos. No obstante, no había manera de hacer que su hijo se alejara de su motocicleta.

    —Min-guk, por favor…

    Ni siquiera la seria súplica de su madre podía detener la libertad que sentía cuando conducía su motocicleta. La motocicleta era su distracción favorita incluso después de convertirse en estudiante universitario.


    #2
    Min-guk no podía tomar una decisión, sosteniendo la notificación de alistamiento en su mano.

    —¿A qué fuerza debo unirme?

    Su padre quería que se uniera a la infantería de Marina. En realidad, Min-guk era un joven fuerte y bastante aventurero como su padre. Sin embargo, todavía dudaba por causa de su padre; simplemente no quería recorrer el mismo camino que él.

    Después de pensarlo mucho, decidió unirse a la Marina; pensó que su vida no sería igual a la de su padre aunque eligiera el mismo camino.

    El día que se unió a la vida militar, sus padres lo acompañaron hasta el campo de entrenamiento. Guardaron silencio todo el camino. Su madre se mantenía callada, conteniendo las lágrimas, y su padre no decía palabra alguna.

    Llegaron temprano y fueron a un restaurante cerca de la base. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que fueron a comer juntos. El padre partió el pescado y lo colocó en la cuchara de su hijo. Min-guk trató de ser indiferente, pero por dentro estaba muy sorprendido porque nunca había visto a su padre hacer algo así.

    Los reclutas se alinearon y gritaron ante sus padres, de pie desde cierta distancia: “¡Cumpliremos nuestra misión!”

    Min-guk vio las lágrimas en el rostro de su madre. Su padre estaba inmóvil, mirándolo. Min-guk también sentía que las lágrimas brotaban de sus ojos, por lo que rápidamente volteó y se unió a los reclutas y marchó al unísono.


    #3
    Fue casi al final de la formación en el campo de entrenamiento que su padre tuvo un accidente de tránsito. Era demasiado terrible aceptarlo como un capricho del destino: había sido atropellado por una pandilla de motociclistas cuando cruzaba el paso peatonal.

    El motociclista huyó, y no hubo testigos porque el accidente había sucedido muy temprano cuando él salía a hacer ejercicio. Se le encontró unas horas después del accidente. Aunque fue llevado rápidamente al hospital y le aplicaron todos los tratamientos de emergencia, quedó en estado de coma.

    —Tendremos que ver, pero parece que nunca podrá despertar —señaló el médico.

    La madre de Min-guk solo lloraba.

    Por esos días, el grupo de Min-guk se movía rápido en la oscuridad.

    ¡Beep! El corto silbido producía tensión entre los reclutas. La luna estaba cubierta de nubes, y solo la linterna del líder alumbraba el camino. El entrenamiento “Barco Inflable Pequeño” era uno de los más rudos en el campo de formación.

    Sobre la cabeza de los ocho reclutas de cada grupo había un bote de caucho de más de 100 kg. Como los equipos en las espaldas de los reclutas los presionaban, sentían que su cuerpo se hundía en la tierra.

    Mientras continuaba el entrenamiento, la respiración de Min-guk se hizo más rápida y sus piernas se sentían más y más pesadas. Su uniforme se empapó de sudor y polvo.

    Había sido soportable hasta ahora. Había otra razón por la que los reclutas tenían temor del campo de entrenamiento. Era debido a la quinta semana llamada “la semana del infierno”. Durante esta semana, ellos no podían dormir durante cinco días; este entrenamiento tenía como fin vencer el deseo de dormir, un instinto humano que es el más difícil de vencer. Con el tiempo, el límite entre tener los ojos abiertos y los ojos cerrados, y entre estar despierto y dormido se hace vago. Él no estaba seguro de que los caminos de las montañas y los caminos arenosos, que recorría toda la noche, fueran reales o un sueño. El dolor en los pies que le producían las botas, que no podía sacarse durante una semana, era severo. Como llegó a su límite físico, no pudo mantener el equilibrio por más tiempo.

    —¡Vas a morir si te quedas dormido! ¡Levántate!

    La voz cortante del instructor atravesó la espalda de Min-guk, pero él no podía escuchar nada.

    Un rato después, escuchó que alguien dijo:

    —¡Min-guk! ¡Levántate! ¡Despierta!

    Su padre le tendía su mano a cierta distancia. Cuando estaba por tomar la mano de su padre, se despertó de repente mientras algo empujaba su cuerpo. Era el recluta Han-pil. Una fresca brisa sopló de repente.

    —¡Moriré si me quedo dormido! —pensó Min-guk, sacudiéndose la cabeza para deshacerse del sueño.

    Siguió recordando estas palabras. El grupo atravesó los arbustos en la oscuridad.

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