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Entendimiento

El amor de Dios enseñado mediante los miembros de la ABIU

2019.03239
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  • Doy gracias a Dios por enviar a los miembros de la Academia Bíblica Internacional de Universitarios (ABIU) de Corea a la Sion de Las Piñas, Filipinas.

    Antes de encontrarme con los miembros de la ABIU, pensaba que como joven hacía bien la obra del evangelio. Pero, en realidad, no sabía qué hacer como obrera del evangelio. Ni siquiera sabía cómo dar gracias y alabanza a Dios de todo corazón, cómo saludar con una sonrisa a los miembros de la iglesia, ni cómo decir “perdóneme” a los demás con afecto.

    Estaba realmente sorprendida de cómo los miembros de la ABIU trataban a nuestros hermanos y hermanas cuando visitaron nuestra Sion. A pesar de la barrera del idioma, cuidaban de los miembros nuevos, y servían a los hermanos y hermanas con una sonrisa, aunque estaban cansados. Siempre decían: “Perdóneme” y cubrían los errores de los demás. Viéndolos hacer eso, mi pensamiento cambió y mi corazón se conmovió. Me parecía que la razón por la que Dios había enviado a los miembros de la ABIU no solo era permitirles cumplir su misión del evangelio sino también mostrarnos los buenos ejemplos de amor que habían aprendido de la Madre.

    La Madre celestial dejó atrás el glorioso reino de los cielos y vino a esta tierra en la carne como nosotros, los pecadores. Ella misma vino a sembrar su amor en nuestro corazón. Gracias a la constante oración y sacrificio de la Madre, las almas moribundas recibieron una nueva vida y se convirtieron en nuestros amados hermanos y hermanas. Al verlos recibir una nueva vida, me sentí feliz y agradecida de que la Sion de Las Piñas recibiera grandes bendiciones.

    En 2018, hemos establecido metas y planes para encontrar obreros del evangelio que muestren la gloria de Dios. Aunque los obreros del evangelio parecen despiertos, la culminación de la obra del evangelio se retrasará si duermen espiritualmente. Si la Madre ve esto, estará muy desconsolada.

    La Madre me permitió reflexionar sobre mí misma a través de los miembros de la ABIU. Al ver a los miembros de la ABIU tratando de salvar al menos un alma más a pesar de muchas dificultades, pensé en el sacrificio del Padre y la Madre celestiales y comprendí que debo dar amor dedicado a mis hermanos y hermanas. Padre y Madre, lamento mucho haberlo comprendido muy tarde.

    A través del gran amor y sacrificio de Dios Elohim, muchas almas están viniendo a Sion. Doy gracias a Dios Elohim. Llevaré a cabo la misión que se me ha confiado, predicando diligentemente el evangelio a todo el mundo.

    Guiaré muchas almas a Dios Elohim sin rendirme hasta el final como la Madre celestial dice: “Ustedes son todo para mí”, tomando nuestras manos, aunque todavía nos falta en muchos aspectos.
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