Kim Hye-mi
Los miembros de la India están ocupados guiando a sus familiares a la verdad. Preguntándome cómo podía servir a los miembros como esposa del personal pastoral que ayuda en el evangelio, planeé preparar algo que les recordara el amor de la Madre. En ese momento, vino a mi mente el songpyeon, que es un pastel de arroz tradicional coreano.
En realidad, no sabía qué hacer al principio porque era la primera vez que lo preparaba. Oré ansiosamente y busqué información. Dado que el arroz en la India es diferente al de Corea, hice pasteles de arroz moliendo cada tipo de arroz para encontrar el más adecuado. Al prepararlos, pude sentir el corazón de la Madre, que desea dar comida rica y saludable a sus hijos.
Llegué a tener conocimientos técnicos mientras los preparaba. Cuanto más se amase, más masticable se vuelve. Cuando use un molde para pastel con forma de flor, ponga aceite en él para evitar que la masa se pegue, ¡y también puede preparar songpyeon en forma de calabaza usando palillos de dientes!
Mientras entregaba el songpyeon preparado, descubrí que los miembros estaban agotados por varias razones. Sentí pena por no haberlos reconfortado.
Por la gracia de la Madre, el hermoso, dulce y sabroso songpyeon tocó sus corazones.
“¡Gracias al Padre y a la Madre! ¡No puedo comerlo, es tan bonito!”
“Vaya, me quitó la fatiga. Realmente agradezco a Dios.”
Al escuchar por teléfono las voces de los miembros que se sintieron conmovidos por el sincero songpyeon, comprendí que la Madre usó mis manos para consolar a sus hijos. Yo también agradecí a la Madre.