Antes de ingresar en la universidad, esperaba con ansias hacer servicio voluntario con los estudiantes del último año de ASEZ, el Grupo de Universitarios Voluntarios de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial; solo había conocido sus actividades a través de vídeos y artículos de noticias. Sin embargo, debido a la pandemia de la COVID-19, no pude ir a mi universidad y, como resultado, los servicios voluntarios se pospusieron por muchos meses. Aunque estab a frustrada por esto, la Campaña de ASEZ contra la Violencia Verbal se llevó a cabo en celebración del Día Internacional de la No Violencia. La campaña fue para detener la violencia verbal y formar una cultura lingüística saludable. Fue muy fácil participar en ella; solo tenía que enviar palabras de
aliento a las personas que me rodean en mi vida diaria. Esta campaña fue una noticia maravillosa para mí como una lluvia oportuna en la sequía.
Durante los diez días de la campaña tomé la firme decisión de usar un lenguaje correcto y enviar palabras de aliento a los que me rodean. Mientras me preguntaba a quién enviar mis palabras de ánimo, recordé a una amiga mía. Se sentiría estresada porque le resultaba difícil adaptarse a un nuevo entorno lejos de su hogar en otra área. Era triste ver a una amiga alegre sentirse deprimida. Inmediatamente le envié un mensaje de aliento.
“La vida universitaria debe de ser difícil. Pero siempre te apoyaré. ¡Ánimo!”
Dijo que estaba muy feliz de tener una amiga que pensara en ella y me agradeció. Incluso capturó mi mensaje y lo puso en la fotografía de fondo de sus redes sociales.
Me sorprendió la reacción de mi amiga y me di cuenta de que una palabra puede animar mucho a alguien. Llegué al corazón de mi amiga por mi sincera preocupación por ella.
Ahora sé que no es difícil pronunciar una palabra que contenga amor. A partir de ahora, transmitiré consuelo y felicidad a las personas que me rodean con mucho amor.