Se hicieron muchos cambios en mi vida diaria debido a la COVID-19. La fecha de apertura del semestre se retrasó y tuve que comenzar el primer día del semestre en línea. Mientras practicaba el distanciamiento social y seguía las pautas del gobierno, realmente quería ayudar al personal médico y a los funcionarios de cuarentena que luchaban contra el virus y llevaban días ajetreados. Sin embargo, en realidad, todo lo que podía hacer era apoyarlos con mi corazón y me sentía frustrada. Si había alguna forma de ayudarlos, realmente quería hacerlo.
Mientras tanto, me enteré de la “Campaña de Ánimo”, organizada por ASEZ, el Grupo de Universitarios Voluntarios de la Iglesia de Dios; fue una noticia maravillosa para mí, como una lluvia oportuna en una sequía. La campaña consistió en entregar cartas de aliento y obsequios a los ciudadanos y estudiantes extranjeros que se encuentran en autoaislamiento, los ancianos que viven solos y el personal médico y los funcionarios de cuarentena que se esfuerzan por erradicar el virus. Me alegró mucho poder consolar y animar a alguien con mi pequeño esfuerzo. Decidimos entregar cartas de ánimo y kits al personal médico que trabaja dentro de las salas de aislamiento de presión negativa de un hospital universitario en Yangsan, y al personal médico del centro de salud cercano a la universidad. Escribimos cartas de agradecimiento palabra por palabra con esmero e hicimos kits de ánimo empaquetando bocadillos.
El día señalado, visitamos el hospital y el centro de salud. Entre el personal médico, algunos nos felicitaron: “¿Cómo se les ocurrieron ideas tan admirables?”, y otros se emocionaron hasta las lágrimas, diciendo: “Estábamos exhaustos por el trabajo duro y la falta de sueño, pero es realmente conmovedor ver cómo reconocen nuestros esfuerzos”.
En realidad, pensamos mucho en qué escribir en una carta, pero al ver que el personal se deleitaba leyendo incluso las cartas escritas con torpeza, me di cuenta de que la gratitud y el respeto expresados a través de la sinceridad se trasmiten a otros.
Me inspiré al aprender que es posible conmover a otras personas cuando trabajamos juntos con amor. Espero ansiosamente que nuestra larga lucha con la COVID-19 llegue pronto a su fin, y que volvamos a la normalidad con nuestra maravillosa rutina diaria, llenos de calidez en el corazón.