Participé en una limpieza de calles organizada por el club de mi campus con mi amiga que disfruta las oportunidades de voluntariado. Tenemos que limpiar en un callejón de comidas ubicado en la puerta trasera de nuestra universidad. Como el callejón estaba lleno de restaurantes y cafeterías, había vasos desechables, desperdicios de comida y colillas de cigarrillos por todas partes.
Pronto, la alegría de unirse al servicio voluntario fue olvidada. La basura apestaba. No pude evitar fruncir el ceño. No me atrevía a limpiarlo, incluso con mis utensilios y guantes de limpieza. Miré a mi alrededor para alejarme de allí, pero noté que mi amiga recogía la basura diligentemente. Otros voluntarios que estaban detrás de mí también estaban recogiendo la basura maloliente sin dudarlo. Mi conciencia me pinchó.
Me detuve por un momento y pensé en el significado del servicio voluntario. Es hacer un esfuerzo para servir a los demás, poniéndolos en primer lugar, aunque el trabajo sea sucio y problemático. Si hago solo lo que me gusta hacer y lo que puedo presumir, no puedo decir que estoy haciendo un verdadero servicio voluntario.
Recordándome el significado del servicio voluntario, me remangué de nuevo. Cuanto más pesada era la basura recolectada, más ligero se sentía mi corazón. A los ciudadanos y estudiantes debe de haberles gustado nuestra limpieza; dijeron: “Gracias por su esfuerzo”. Estábamos preocupados por causar inconvenientes a los transeúntes, pero nos sonrieron, disipando nuestras preocupaciones. Después de la limpieza, volvimos a mirar el callejón limpio. Nuestras manos y ropa se ensuciaron, pero nos sentiríamos suficientemente recompensados con que los visitantes del callejón estuvieran felices de verlo limpio; ¡ese es el objetivo de nuestro servicio voluntario!