Cuando era niña, mi mamá se quedaba en casa con nosotros todo el día. Cuando entré en la escuela secundaria, mi vida familiar cambió. Como ella tenía que cuidar a tres hijos sola, tuvimos que vivir con unos parientes por algunos años. Incluso en esta adversa situación, ella nos prometió que tendríamos nuestra propia casa algún día.
Pero no tenía un empleo que le diera suficiente dinero. Tenía dos empleos y hasta asistía a una escuela de enfermería, así que no podía dormir por algunos días, y no podía comer para alimentarnos. Cuando veo las fotografías de esos años, ella se veía delgada y enferma. Mi mamá sacrificó todo por nosotros. Me daba dinero para reunirme con mis amigas y practicar deportes, pero ahora sé que pudo haber usado ese dinero para cuidar de sí misma. Su única preocupación eran sus amados hijos.
Sin embargo, como la hija mayor, era la más rebelde. Estaba resentida por nuestra situación, y siempre me quejaba y murmuraba, empeorando las cosas para ella. Pero nunca dijo nada y solo trabajaba duro para darme lo que quería. Siempre nos enseñó: “Dios nos ayudará y nos hará felices, así que siempre estemos agradecidos por lo que tenemos”.
A través de esto, llegué a pensar en cuánto nos ama la Madre celestial.
“Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” (1 Ts. 5:16-18)
He leído este versículo muchas veces, pero solo tenía un entendimiento superficial. Cuando pienso en el sacrificio de mi mamá, ahora comprendo por qué la Madre celestial desea esto para nosotros. Cada día, la Madre celestial nos ha dado ejemplos de seguir esta palabra. Ella ora sin cesar, nunca se queja, y siempre nos enseña el gozo y la belleza del reino de los cielos. Ella nos prometió que pronto volveremos a nuestro hogar.
¿Cuántas noches la Madre ha permanecido despierta toda la noche, orando para que yo comprenda su amor y deje de murmurar? ¿Cuántos días la Madre dio cosas buenas a sus hijos? El amor de la Madre es tan profundo. Desde ahora, deseo comprender su amor más profundamente.